
Y uno se pregunta que pasará con los alimentos. Recientemente se voto en nuestra eficiente Asamblea Legislativa la UPOV, aquel convenio mediante el cual se permite patentar las diferentes formas de vida, acuerdo en donde las semillas entonces pueden pasar a ser propiedad privada, modificadas y privatizadas, pero bueno, si todo eso se hace en el afán de progreso y desarrollo, y de sacar al país adelante, se vale. Los que nos opusimos y oponemos a dichas prácticas consideramos que tal funcionamiento es lesivo para los campesinos y la alimentación del país, debido a que deja en manos de unos pocos (transnacionales como MONSANTO), la capacidad de producir de un país, al depender de las semillas que se deben comprar a sus "dueños". Esta claro que la vida no tiene dueño, pero bueno, a los defensores del libre comercio eso les suena a demagogia. En todo caso compramos la comida en el exterior y ya, todo solucionado, ahhhhh, pero ahora hay crisis de alimentos y al respecto de las semillas modificadas genéticamente "la FAO sostuvo que la disminución de la diversidad genética de los cultivos "vuelve más vulnerable e insostenible" el suministro de alimentos" O sea después de todo teníamos razón: la UPOV es un peligro, pero que la vamos ha hacer, esas son las pequeñas ofrendas que hace el país en el altar del TLC.